Es evidente que cuando uno se sienta a escribir un artículo supuestamente exhaustivo sobre la desafección de la crítica en torno a la obra de cierto autor y se atreve, incluso, a recriminar a determinados escritores canarios, nombrándolos uno a uno, no haberlo mencionado en no sé qué cuestionario en torno a los diez poetas de las Islas que consideran imprescindibles, una de dos: o uno se documenta con todo el rigor (lírico o no) que el asunto merece o corre el riesgo de hacer el ridículo y de, lo que sin duda es mucho peor, falsear caprichosamente la realidad.*
* Nota del 16 de junio de 2014. Me permito añadir un dato más acerca de mi modesta, aunque no por ello inexistente, contribución a la difusión de la --según León-- maltratada e ignorada obra de López. En 1999 organicé un ciclo de poetas españoles en Leipzig. Se tituló "Sonnenworte. Spanische Lyriker lesen in Leipzig" y se celebró en la Haus des Buches con la colaboración de la Embajada de España y la Universidad de Leipzig. Invité a Melchor López, que fue uno de los siete poetas que participaron. Al poeta lo acompañó Ines Griebel, una estudiante mía que tradujo estupendamente los poemas de López al alemán. Al día siguiente presenté a López en la ciudad de Jena, en lo que fue su segunda lectura en esa minigira alemana que, aun mínimamente, espero que contribuyera a la difusión de su obra más allá de las fronteras insulares y nacionales.
* Nota del 16 de junio de 2014. Me permito añadir un dato más acerca de mi modesta, aunque no por ello inexistente, contribución a la difusión de la --según León-- maltratada e ignorada obra de López. En 1999 organicé un ciclo de poetas españoles en Leipzig. Se tituló "Sonnenworte. Spanische Lyriker lesen in Leipzig" y se celebró en la Haus des Buches con la colaboración de la Embajada de España y la Universidad de Leipzig. Invité a Melchor López, que fue uno de los siete poetas que participaron. Al poeta lo acompañó Ines Griebel, una estudiante mía que tradujo estupendamente los poemas de López al alemán. Al día siguiente presenté a López en la ciudad de Jena, en lo que fue su segunda lectura en esa minigira alemana que, aun mínimamente, espero que contribuyera a la difusión de su obra más allá de las fronteras insulares y nacionales.
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