domingo, 31 de diciembre de 2023

ÚLTIMO DÍA DEL AÑO EN LA CAPITAL PROVINCIAL

Ya desde la víspera de la fiesta de Año Nuevo, la ciudad se llena de personajes que no cabe definir sino como estrambóticos o extravagantes. Al profesor de enseñanza secundaria que, alelado, pasea siempre, incluso en los días festivos, con una mochila a la espalda que parece cargada con apuntes, exámenes y libros se suman tres poetas de unos cincuenta años que entran en un café frecuentado por jóvenes universitarios aficionados a la literatura que, sin embargo, no dan ninguna señal de reconocer a los mencionados versificadores, para disgusto y decepción de estos. No solamente se sientan en los bancos del parque municipal ancianos de más de noventa años que gastan la mitad de su pensión en contribuir a las necesidades de alojamiento y manutención de jóvenes viudas extranjeras, sino que en esos mismos bancos, algo más tarde, hombres o mujeres de mediana edad, borrachos o drogados, intentarán cortarse las venas o quitarse la vida tomando una sobredosis de narcóticos, con escasas posibilidades de éxito.

El último día del año, por la mañana, la ciudad, en la que casi nunca ocurre casi nada, asiste a un despliegue insólito de acaloradas discusiones, bocinazos, gritos lanzados desde ventanas que dan a la calle o a patios de luces, exhibiciones impúdicas de silenciosos transeúntes vestidos con gabardinas que, al abrirse, muestran sus sucias vergüenzas a jóvenes de cualquier sexo que pasean solitarios por plazas y jardines. Y no sólo eso, sino que, por si no fuera suficiente, la ciudad, que ha sufrido por parte de las autoridades municipales un abandono de dimensiones bíblicas que en estos días intenta disimularse con la misma iluminación navideña que lleva utilizándose desde hace al menos dos décadas, manifiesta ahora un deseo desmedido de exigir sus derechos de capital de provincia: el presidente del casino, por ejemplo, exhibe su sobrealimentada figura y su afición a los habanos en un balconcito que da a la plaza señorial ahora repleta de negocios de comida rápida y tiendas de suvenires; el alcalde, con un jersey de cachemira sobre los hombros, se suma a la tertulia de varones insignes que a media mañana se reúne en el quiosco más emblemático del centro histórico; un profesor universitario ya jubilado pasea por el muelle en busca de inspiración para su último poema del año, una tradición que practica desde que era joven; la mujer del escultor municipal inaugura, acompañada de un grupo de benefactoras, una nueva peana para una de las estatuas de su marido, que a partir de ahora destacará en medio de una arboleda urbana para deleite de los vándalos, grafiteros y orinadores profesionales.

Todo un mundo de nuevas posibilidades entra en ebullición desde las partes altas, señoriales, de la ciudad, hasta los inmundos barrios de la zona portuaria. Como si, de alguna manera, hubiera estado ocultando su temperamento de saltimbanqui, una juguetonería que nadie le hubiera sospechado, la ciudad se convierte antes de la Nochevieja en una caja de sorpresas y todo, absolutamente todo, se vuelve posible. Hay que tener preparada una gran cantidad de reservas de asombro si se quiere disfrutar como corresponde de este último día del año en la ciudad.

martes, 19 de diciembre de 2023

ENTRADA DESTACADA

NICOLÁS DORTA EN LOS 'DIÁLOGOS EN LA GRANJA'

 

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