miércoles, 20 de marzo de 2013

UN POEMA DE CLAUDE AUBERT

En una nota al pie de la magnífica edición que en 2011 realizó Pierre-François Mettan de Journal intime d’un pays, una minuciosa recopilación de los artículos que Maurice Chappaz publicó en periódicos y revistas entre 1940 y 2009, el año de su muerte, se habla de la amistad que unió durante casi treinta años a Chappaz con Claude Aubert. En los años en que Chappaz vivió en un pequeño pueblo del Alto Valais, Geesch, es decir, entre 1943 y 1947, después de su participación como soldado en los trabajos de defensa de la frontera suiza ante el peligro de la invasión alemana, con frecuencia venía a visitarlo Claude Aubert. En una ocasión se fueron caminando desde Geesch hasta Lugano, es decir, atravesaron casi media Suiza. Claude Aubert, nacido en Ginebra en 1915 y fallecido en 1972, era tan solo un año mayor que Chappaz. Viajero empedernido --como el propio Chappaz y como su paisano Nicolas Bouvier--, Aubert pasará largas temporadas en España y traducirá al francés a poetas españoles e hispanoamericanos. También realizará numerosos viajes a Alemania, en donde le interesarán especialmente las grandes ciudades portuarias. Sus libros, desde Paysages (1941) o Découvrir (1944) hasta L’unique Belladonne (1968) y Soleil et Venin (1969), componen una obra poco conocida incluso en la propia Suiza, una trayectoria de la que forma también parte el legado de textos manuscritos que, depositados actualmente en la Universidad de Ginebra, permanecen inéditos. En palabras de Jacques Chessex, «en la obra de Claude Aubert, como en un palimpsesto, se puede leer constantemente otro texto, más abrupto, más afilado, doloroso hasta el pánico: como si el poema ahí legible, y deseado, publicado por Claude, fuera el resto de un canto casi borrado, salvaje, rebelde, un canto del que él reescribe hoy una versión clara, a menudo luminosa, atravesada, es cierto, por zarpazos, por fallas abiertas, pero de una franciscana sencillez armoniosa». El poema que he traducido, «Diálogo», pertenece al libro Le Passager, de 1948.



DIÁLOGO

Sorprender los objetos en su loca materia
cuando el cielo es más fluido que el trigo de los mares.

Sorprender los objetos, las raíces de las piedras
Hacer que bailen todos en los huevos de luz
cuando duerme la noche como un ave solar.

Sorprender los objetos en los muros soñados
escuchar las antiguas palabras de las sillas
que cavan en la mente extraños orificios.

Revolver los objetos en aladas ventanas
cuando el dedo del día se aproxima a un desierto
donde oro, espigas, hierro gobiernan nuestros párpados.

Tocar esos objetos en días de miseria
acoger a los cuervos en las mesas de fiesta
cuando ciegos los árboles reinan sobre el invierno.

Examinar las nubes, la abeja del cristal
mechones de cabello ocultos en armarios
cuando sombra y ceniza nos lanzan a los ojos
mil astrágalos negros.




DIALOGUE

Surprendre les objets dans leur folle matière
quand le ciel est plus fluide que les épis des mers.

Surprendre les objets, les racines des pierres
Faire danser les objets sur l’œuf de sa lumière
quand le soir est plus calme que les oiseaux solaires.

Surprendre les objets sur les murs de ses rêves
écouter les paroles très anciennes des chaises
qui creusent dans nos songes d’étranges fondrières.

Mêler tous les objets sur l’aile de ses fenêtres
quand les doigts du matin s’approchent d’un désert
où l’or, les blés, le fer sont rois de nos paupières.

Toucher tous les objets dans les jours de misère
accueillir les corbeaux sur nos tables de fête
quand les arbres sont princes aveugles de l’hiver.

Contempler les nuages, les abeilles des vitres
les cheveux solitaires cachés dans les armoires
quand l’ombre et la poussière jettent dans nos regards
mille jonquilles noires.

3 comentarios:

  1. Claude Aubert fue también el poeta que introdujo a José Herrera Petere, republicano exiliado, en el grupo de "Jeune Poésie". En un apunte inédito titulado "Jeune Poésie" recuerda HP:

    "Conocí a Claude Aubert, el primero. Fue en una fiesta organizada por un extraordinario gentilhombre, si es que los hay, donde nos dimos a conocer como poetas.
    En esa fiesta, Claude y yo, nos encontramos en un sofá, “como gallinas (poetas) en corral ajeno”.
    Hablábamos de Poesía Claude y yo, y bebíamos oscuramente vino tinto, mientras brillaban los rostros y los hielos de los whiskis de los circunstantes presentes".

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  2. Muchas gracias, amigo, por esta información que desconocía y que me ayuda a situar mejor a Claude Aubert. La cita de Herrera Petere es estupenda. Hay una efervescencia maravillosa en la Ginebra y la Lausana de posguerra, con el anciano Ramuz y los (más) jóvenes Roud, Bouvier, Jaccottet, Chappaz, Aubert, Perrier, Haldas y tantos otros poetas suizos "romands" en diálogo con todo el mundo y en medio de "los hielos de los whiskis". Un abrazo (y no olvido el encargo pendiente, pronto te daré noticias).

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  3. La siguiente noticias es para los seguidores de Aubert.Poseo una ediciòn numerada de LE PASSAGER.Ejemplar nº287, encuadernado en piel flixible azul marino. Impreso por Pezzotti S.A. para E- Ch. Grasset. Ginebra 29 mayo 1948. Tiene dedicatoria con dibujo, manuscrita por Aubert al introductor y traductor de Fernnado Pessoa en España, José Antonio Llardent¿Hay alguien interesado en adquirir este ejemlar perfectamente conservado?Dirección naranco1931@ hotmail.com

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