Palabras
que el poeta escucha
cuando
está sentado por debajo del sueño,
enharinada
su tez como recién salida de un baño de luz blanca:
no
visites las ruinas,
desenfunda
la espada con que cortarás la cabeza del dragón,
atiende
al milagro de una tela de araña tendida en el ojo de la brisa,
afánate
en la perplejidad,
lame
tus heridas,
desenvuelve
sin prisa los pequeños regalos imprevistos,
pulveriza
los límites que una vez te impusiste,
graba a
fuego unas pocas palabras en tu corazón,
construye
como entonces castillos en la arena que defenderás de la marea que crece,
destruye
como entonces los castillos que construiste como una señal dejada contra lo
inexorable,
alienta
la división,
comparece
en la pérdida,
refunde
el desamparo hasta que se convierta en la amalgama de esperanza y lamento
en que ya apenas creías,
arde,
alimenta
el ardor hasta en las horas más frías,
desnúdate solo para quien se desnude a su vez con la pura intención de fundirse
contigo,
no
ayunes si no es para alimentarte de inocencia,
nada
hasta la boya y rodéala al llegar para trazar el círculo de lo nadado en el interior
de tu alma,
escóndete
antes de que quien cuenta hasta diez se vuelva para buscarte, pero
escóndete en un
santiamén, sobre una rama o en un pliegue del aire,
imagina
tus vísceras expuestas, tus miembros amputados, tu sangre derramada como
nuevos modos de ser,
como reversos tuyos,
no
toques a la puerta de la casa frente al parque sino con la aldaba de entonces que
desapareció hace ya tiempo,
colúmpiate
sin parar,
pasa
con sigilo junto a las jaulas en que duermen los pájaros que están a punto de morir,
tatúate
en la yema del dedo corazón un corazón de ángel, un músculo de éter destinado
a latir hasta
el fin de los tiempos,
enciérrate
en un cuarto con miles de libélulas nocturnas para que, cuando salgas, todo
tu cuerpo brille,
tiemble y vuele a través de la noche,
pedalea,
revuélvete
en la sombra,
arranca
de cuajo la cadena que te ata a la celda que algunos llaman la no vida,
sal,
siéntate
por debajo del sueño,
escucha
otras palabras, no estas, siempre otras, otras palabras.
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